Fiebre, ¿cómo la tratamos?

La semana pasada hice una entrada sobre la fiebre. Mi intención era resumirlo todo en un solo artículo pero me di cuenta de que iba a quedar muy extenso, así que decidí centrarme más en qué es la fiebre y por qué no es peligrosa. Hoy quiero publicar la segunda parte, más práctica, en la que espero aclararos cómo hay que tratar al niño con fiebre y qué medidas podemos tomar.

Aunque ya nos quedó claro el otro día permitidme insistir en que la fiebre no es una agresión al cuerpo sino todo lo contrario: es un mecanismo de defensa. Cuando una persona eleva la temperatura corporal los gérmenes tienen más dificultad para reproducirse, y además se estimula la producción de células y moléculas defensivas. 

Una vez aclarado esto, también hay que llamar la atención sobre los antitérmicos. Los medicamentos como el paracetamol, el ibuprofeno, metamizol… que usamos a veces como si fueran caramelos para la tos, no están exentos de riesgo. En Estados Unidos se reportó que la sobredosis accidental de paracetamol provocaba unas 100 muertes al año. Además hay varios estudios que relacionan la toma sistemática de antitérmicos con enfermedades más prolongadas, por ejemplo en el caso de la varicela. Se cree que la explicación a esto es que la temperatura elevada ayuda a combatir las infecciones, y por lo tanto si nos empeñamos en bajarla como sea el cuerpo puede tardar más tiempo en terminar de curarse.

Varias revisiones coinciden en que la utilidad de los antitérmicos es mejorar la comodidad del niño (hacer que se sienta mejor) y reducir la ansiedad de los padres. Sí, así como lo leéis. Muchas veces los médicos pautamos medicamentos a los niños que tienen infecciones víricas solo porque los padres lo demandan y están muy angustiados. Creo que es algo sobre lo que todos podemos reflexionar.

¿Qué hacemos entonces con la fiebre a nivel práctico? ¿No tengo que darle medicinas nunca? ¿Es mejor dejar que todo siga su curso? Como todo en la vida, no es cuestión de blanco o negro. Los medicamentos cumplen una función y lo único que debemos hacer es limitarlos a los momentos en los que son necesarios.  

Está indicado dar antitérmicos cuando:

  • El niño tiene dolor de cabeza, está muy adormilado, tiene escalofríos y se encuentra mal. Es decir, para tratar el discomfort del paciente. 
  • En pacientes que tengan patologías de base: problemas crónicos de corazón o respiratorios, inmunodeprimidos, desnutridos, post-quirúrgicos…
  • Niños con enfermedades pulmonares como asma o bronquiolitis que provocan que respiren más rápido. La fiebre aumenta las necesidades de oxígeno del organismo, así que en un paciente que ya de por sí tenga problemas de ventilación conviene medicar antes. 
  • La temperatura sea ≥40ºC

¿Y si con la medicación no baja… QUÉ HAGO? 

Antes de nada tenemos que saber que a veces el efecto del antitérmico es solo de un grado o grado y medio. Si el niño está con 40ºC, le damos paracetamol y al rato tiene 39ºC, el antitérmico ha funcionado. No podemos pretender que se quede en 36ºC.

Una vez aclarado esto, y como ya he dicho antes, la fiebre no es nociva para la salud.  Hay muchos estudios que apuntan a que es beneficiosa porque acelera la curación en los procesos infecciosos, así que si después de darle la medicina sigue con fiebre no pasa absolutamente nada. Ahora bien, si además de la fiebre tiene dolor de cabeza, está tiritando, se encuentra mal y lo que queremos es aumentar su comfort, hay una serie de medidas que podemos seguir:

  • Dar un baño templado. Ojo, templado y no frío, porque si lo que pretendemos es que el niño se encuentre mejor va a ser contraproducente. Y además si hay mucha diferencia de temperatura entre el cuerpo y el agua podemos provocarle un shock. Intentaremos ponerlo en la bañera con el agua un par de grados por debajo de su temperatura y conforme se vaya enfriando, poco a poco, probablemente la fiebre bajará también. 
  • Ofrecer muchos líquidos, la fiebre aumenta el riesgo de deshidratación. 
  • Quitarles ropa y dejarlos fresquitos. Aquí nos toca recordar de nuevo que lo que pretendemos es que el niño se encuentre mejor, así que desde hace ya tiempo la aplicación de paños y compresas húmedos está contraindicado porque suelen provocar todo lo contrario y tampoco parece que contribuyan a descender la temperatura central.
  • No alternar antitérmicos, no se ha visto que aumente su eficacia y lo que sí se incrementa notablemente es el riesgo de errores de dosis. El Pediatra puede indicarlo de manera puntual en situaciones muy concretas, pero los padres o cuidadores no deberíais nunca alternarlos por sistema.

Como resumen y para terminar:

Lo que pretendemos no es bajar la temperatura, es que los niños se encuentren mejor. Esto quiere decir que si están en pleno ascenso, temblando y morados de frío no nos tenemos que empeñar en refrescarlos, podemos ponerles una sabanita por encima y dejarlos descansar un rato.

Es mucho más peligroso equivocarse con la dosis de medicación y pasarnos de paracetamol o ibuprofeno que tener fiebre. No olvidéis que los antitérmicos tienen efectos secundarios potencialmente muy peligrosos, incluso letales. No perdamos la perspectiva.

Y ya por último, y como recalqué en la entrada anterior, que la fiebre sea más alta o no baje después de dar medicación no quiere decir necesariamente que el niño tenga una infección más grave.

¿Cuándo tenemos que llevar al niño a urgencias? Pues como dice la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria en su fantástico decálogo de la fiebre...

  • Si tiene manchitas de color rojo oscuro o morado que no desaparecen al estirar o apretar la piel. 
  • Presenta mucha somnolencia o irritabilidad excesiva.
  • Tiene rigidez de cuello. 
  • Convulsiona o pierde el conocimiento.
  • Asocia otros síntomas que de por sí son de gravedad: dificultad para respirar, vómitos persistentes o abundantes, está orinando poco… 
  • Tiene menos de 3 meses de edad.


Enlaces de interés:

  • UpTo Date  
  • El-Radhi ASM. Why is the evidence not affecting the practice of fever management? Arch Dis Child 2008;93:918-920. doi:10.1136/adc.2008.139949. 
  • Purssell E. Physical treatment of fever. Arch Dis Child 2000;82:238–239. 
  • El Radhi ASM. Fever management: Evidence vs current practice. World J Clin Pediatr 2012;1(4):29-33. doi: http://dx.doi.org/10.5409/wjcp.vl.i4.29.

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