¡¡Gripe!! ¿Socorro?

Ayer tuve un niño en urgencias con gripe, otro más. Últimamente es el motivo estrella de consulta en pediatría. Todos los pacientes se parecen bastante: fiebre alta, hasta 41ºC incluso, que dura ya más de 4-5 días y no cede bien con los antitérmicos, malestar general, les duele todo, duermen más de lo habitual, comen menos, ... Es lógico que ante unos síntomas de este tipo los padres os preocupéis, y como la fiebre elevada sigue alarmando mucho (os recomiendo que echéis un vistazo a la entrada de hace unas semanas) la gripe ha sido la protagonista indiscutible en urgencias este mes.

Os hablaba concretamente de mi paciente de ayer porque, cuando le dije al padre que su hijo tenía una gripe A, se pegó un susto que por poco se me cae al suelo. Yo lo miré muy sorprendida sin entender a qué se debía la alarma. "Pero... ¡¿Gripe A?! ¿Eso no es muy peligroso? ¡¿LE VA A PASAR ALGO?!".

¿Por qué un diagnóstico que a mí me pareció bastante tranquilizador (en el sentido de que habíamos descartado otros más graves) a la familia le alarmó tanto? ¿Qué es lo que me estaba perdiendo? El padre me explicó que la gripe A tiene muy mala prensa y que la gente tiene miedo de su letalidad. Así que le dedico el post de hoy a ese señor y a todos los demás que estéis en un sinvivir cuando llegan estas épocas por si el niño os coge un gripazo.

¿Os pica la curiosidad 👀? Vamos a ello.

¿Qué es la gripe?


Una infección vírica. El nombre técnico del virus es Influenza y pertenece a la familia de los Ortomyxovirus. Hay tres tipos de virus Influenza: A, B y C. El A es el que suele originar epidemias más grandes, incluso pandemias con mucho territorio afectado. El B normalmente ocasiona epidemias más pequeñas, con menos extensión. El C suele dar infecciones poco sintomáticas y es mucho menos frecuente.

El virus Influenza se transmite por las gotitas de saliva al toser y por las secreciones respiratorias. Cuidado con llevar a los lactantes a lugares cerrados y llenos de gente, como restaurantes o reuniones familiares masivas. Cuando una persona se infecta el virus ha colonizado su nariz y su garganta, y lo más probable es que pasados unos días de incubación se desarrolle la enfermedad con todos sus síntomas. A veces una persona está infectada pero no llega a ponerse enferma. Esa persona sí puede seguir contagiando a los demás aunque no haya tenido ninguna clínica.

¿Qué síntomas produce?


Fiebre alta y prolongada (a veces incluso 10 días con temperaturas que pueden alcanzar los 40-41ºC), dolor de cabeza, dolor de garganta, escalofríos, decaimiento, disminución del apetito, dolores musculares, dolor abdominal, a veces vómitos y/o diarrea... El periodo febril suele acabar en 4-5 días aunque a veces se prolonga, pero el cansancio y la anorexia pueden persistir hasta 3-4 semanas en ocasiones. Para que nos entendamos: la gripe es más parecida a que te den una paliza que a un resfriado común.

¿Cómo se trata?


Como todos los virus: los antibióticos no les hacen ni cosquillas, así que nos toca tener paciencia y dar tratamiento sintomático, que quiere decir tratar los distintos problemas que vayan surgiendo (dolor, náuseas...) para ayudar a que el paciente esté más cómodo. Solo podemos hacer eso: aliviar hasta que el virus se vaya cuando le toque irse.

¿Puede dar complicaciones? ¿A veces es grave?


Os confesaré algo: TODO puede dar complicaciones. Cualquier catarro tonto se puede complicar. Lo que realmente queréis saber cuando preguntáis esto, lo que debería determinar vuestro grado de preocupación, no es si la gripe puede complicarse sino con qué frecuencia lo hace y cuáles son las consecuencias cuando esto sucede

Una gripe puede evolucionar regular y desencadenar otitis, bronquiolitis, neumonía, miositis (inflamación muscular), convulsiones febriles... ¿Y por qué he dicho al principio que este diagnóstico "no era tan alarmante"? Porque lo normal es que la gripe no se complique, y aunque se complique suele tener buena evolución. Que un niño tenga una otitis o una neumonía no quiere decir que se vaya a morir, se trata con antibiótico y lo habitual es que vaya bien.

Recalco "lo habitual" porque siempre hay pacientes desfortunados que no van bien. Y sí, de una gripe se puede morir un niño... pero también de otras muchas infecciones que parece que al imaginario popular preocupan menos. La primera causa de mortalidad infantil en España son los accidentes y os sorprendería la cantidad de peques que van por ahí en bicicleta y sin casco.

Volvamos con la gripe: la incidencia de hospitalización en menores de 5 años es de 1 de cada 1.000, similar a la de los ancianos. Sin embargo, la letalidad (que generalmente viene dada por las complicaciones respiratorias) es mucho más alta en los mayores de 65 años que en los niños, reportándose en estos últimos una mortalidad de 0.15/100.000. Esto quiere decir, según datos de EEUU en un estudio que va desde 2010 hasta 2016, que murieron 1 de  cada 667 niños con gripe, y de ellos la mitad tenía alguna enfermedad crónica de base.

¿Y qué niños son los más susceptibles de tener complicaciones?
  • Menores de 2 años, y especialmente menores de 6 meses.
  • Enfermedad cardíaca o pulmonar (incluyendo el asma).
  • Inmunodeprimidos (VIH, oncológicos, diabéticos...).
  • Patología neuromuscular o retraso psicomotor, tienen menos fuerza y no pueden movilizar las secreciones con facilidad.

¿Qué hay de la vacuna?


El virus de la gripe va sufriendo mutaciones. La vacuna de cada año se elabora en base a los virus que ha habido hasta el momento y en los cambios que se preveen, pero si después de vacunar a la población el virus muta de un modo inesperado la vacuna de ese año tiene poca cobertura. Por eso hay veces que se dice que la vacuna de la gripe ha sido más efectiva o menos.

¿A quién debemos vacunar? A la población de riesgo: niños con enfermedades crónicas,  inmunodeprimidos y personas que conviven con estos niños más susceptibles. Para más información preguntad a vuestro pediatra, tened en cuenta que las campañas de vacunación de Influenza suelen iniciarse en septiembre/octubre.



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