La
diarrea y los vómitos son procesos muy frecuentes en la infancia, suponen la segunda causa más frecuente de consulta después de
las infecciones respiratorias. Hay mucha "sabiduría popular" al respecto, todo el mundo tiene su remedio casero que aportar, pero debéis tener cuidado porque algunos pueden empeorar el cuadro.
La
gastroenteritis aguda (GEA) consiste en: diarrea (disminución de la
consistencia de las deposiciones o aumento de su frecuencia) y otros síntomas que no siempre están presentes, como vómitos, dolor abdominal y/o fiebre.
La duración típica es menor de 7 días, aunque puede variar según el niño.Fuente: Maxpixel. |
La
causa más frecuente de GEA son las infecciones: ganan por goleada nuestros amigos los virus, aunque algunas son bacterianas. ¿Cómo se diferencian? Sugieren una causa vírica los vómitos y la
clínica respiratoria acompañante (mocos, tos, congestión). Sospecharemos en cambio la presencia de bacterias cuando haya fiebre alta (>40ºC), heces con sangre, mucho decaimiento o irritabilidad.
Lo que hacen estos gérmenes es dañar la mucosa intestinal, por lo que no podemos
digerir bien lo que comemos y por tanto eliminamos más agua por
las heces. Esto causa que las deposiciones sean más líquidas y que los
pacientes corran el riesgo de deshidratarse.
Permitidme una breve introducción. En Europa los niños cogen una media de
0.5-2 episodios de GEA al año. La primera causa en menores
de 2 años es el rotavirus, del que quizá hayáis oído hablar porque en algunos
países disponemos de una vacuna que de momento no está financiada por el
Sistema Nacional de Salud. En mayores de 5 años, en cambio, la primera
causa es una bacteria llamada Campylobacter. Como podéis ver, que el niño sea
más pequeño no quiere decir que su diarrea necesite antibiótico más que en un niño mayor.
De
hecho, los antibióticos no están recomendados en la mayoría de los casos. En
primer lugar porque pueden contribuir a agravar el cuadro, ya que todavía
alteran más la flora intestinal y hacen aún más difícil recuperarse.
En segundo lugar porque ya sabéis que cuando la causa es vírica los
antibióticos no sirven para nada. En tercer lugar, y es algo muy importante, hay
bacterias como la Salmonella que con los antibióticos no se erradican del todo,
sino que se quedan viviendo en el tracto digestivo convirtiendo al niño en
portador.
El tratamiento muchas veces lo dicta el grado de
deshidratación del paciente, es decir, lo seco que esté. Esto no siempre se
relaciona directamente con el número de vómitos o de deposiciones al día, sino que tiene más que ver con otros factores: la edad del
niño, si tiene fiebre o no, si está orinando como siempre o menos, … Lo valorará el médico.
¿Cuándo
debemos consultar al Pediatra?
- Niños menores de 3 meses.
- Pacientes con enfermedades de base (diabéticos, problemas renales, del corazón…).
- Vómitos incoercibles, es decir, que a pesar de estar en reposo digestivo (sin tomar nada) el niño no pare de vomitar.
- Diarreas muy abundantes, con una frecuencia orientativa de más de 7-8 episodios diarios.
- Signos de deshidratación (ojos hundidos, boca seca, disminución de la cantidad de orina diaria, llanto sin lágrimas).
Hablemos ahora de los fármacos para las náuseas, que soléis administrar en casa con bastante frecuencia. Las sociedades de Pediatría son tajantes: no se recomiendan. No está demostrado
que reduzcan la duración de los vómitos en comparación con el placebo y en cambio sí tienen efectos secundarios importantes (espasmos musculares, alteraciones del ritmo cardíaco, ...).
Ojo con dar medicinas sin prescripción médica, a veces empeoramos los síntomas. Fuente: Pixabay. |
Finalmente os dejo con las recomendaciones que podemos tomar en casa para intentar que los peques pasen el proceso lo mejor posible y sin complicaciones:
- Empezar lo antes posible la dieta habitual, está demostrado que esto acorta la duración de la gastroenteritis. Cuidado con esto. Algo que siempre me asombra en urgencias es el concepto que tiene la gente de "dieta normal"; desde luego no me refiero a chucherías, papas, chocolate ni refrescos. Tenemos que ponerle las cosas fáciles al estómago para digerir bien: carne y pescado a la plancha o al horno, no rebozados ni fritos, verduras hervidas o al vapor, no muchos condimentos ni salsas… ¡Un poquito de sentido común!
- La lactancia materna es un factor protector en los lactantes, así que no hay que suspenderla; tampoco está justificado cambiar el tipo de leche en caso de lactancia artificial. No se recomienda retirar la lactosa ni diluir más o menos los biberones.
- Sueros de rehidratación oral: para reponer todas las sales que se pierden con los vómitos y las deposiciones. Y aquí llega la gran pregunta… ¿Qué hay de las bebidas energéticas? No están indicadas. Tienen bajo contenido en sodio y más azúcar de la que se recomienda. El azúcar provoca que el intestino arrastre más agua y por lo tanto empeora la diarrea.
- Probióticos. Puede que el médico os los recomiende porque algunos parece que son efectivos y reducen levemente la duración del cuadro (Lactobacillus rhamnosus GG y Sacharomyces Boulardii).
Por último, recordaros que la medida de prevención más
importantes es el lavado de manos. Si tenéis un niño con gastroenteritis en casa debéis
concienciaros con esto toda la familia o es más que probable que en unos días
estéis todos igual.
Y si os interesa, podéis preguntar a vuestro
Pediatra sobre la vacunación del rotavirus en caso de que no hayáis hablado todavía del tema.
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