Reanimación cardiopulmonar básica

La parada cardiorrespiratoria, afortunadamente, es poco frecuente en niños. No obstante está cada vez más claro que cuanto antes empecemos las maniobras de reanimación mejor es el pronóstico de los pacientes. Cualquiera puede presenciar un accidente: un atragantamiento en un restaurante, un ahogamiento en una piscina, un choque de automóviles... Son situaciones muy angustiosas que no le deseo a nadie, pero es mejor estar preparados si suceden. De hecho creo que se debería enseñar reanimación en los colegios, aunque ese es otro tema. 


¡Todo el mundo a aprender RCP!

 Todos sabemos que hay un teléfono de emergencias al que podemos y debemos llamar en estos casos (112), pero hasta que llega la ambulancia... ¿qué hacemos? ¿Hay alguna medida que pueda llevar a cabo la población no sanitaria y que mejore el pronóstico del niño en parada? La respuesta es sí. En el post de hoy intentaremos repasar juntos el algoritmo básico de reanimación cardiopulmonar (RCP), con idea de que al terminar de leer tengáis claros los tres o cuatro pasos a seguir y podáis actuar cuando se os necesite. Al final os dejo el algoritmo del Consejo Español de RCP donde está todo resumido para entenderlo de un vistazo.

1º Seguridad del entorno.

No podéis reanimar a nadie si os ponéis en peligro vosotros. Si el niño está en el agua sacadlo fuera, si ha sido un accidente de tráfico apartad a la víctima de la calzada (sin que os atropellen), señalizadlo todo bien... Lo primero es la seguridad del reanimador.

2º Comprobar inconsciencia.

A lo mejor el niño se ha mareado porque hace calor o porque le ha bajado la tensión, así que lo primero es identificar qué pacientes están realmente inconscientes y cuáles no. Para ello llamaremos al niño por su nombre (si lo sabemos) o lo agitaremos con suavidad. Ojo, si el niño es pequeño o ha tenido un golpe importante no lo zarandearemos con fuerza porque le podemos provocar lesiones en el cuello y la cabeza, pero podemos pellizcarle un poco, cogerle los brazos o darle palmaditas en la cara para ver si reacciona.

3º Si no responde: gritar pidiendo ayuda.

Esto es importante, y es el paso en el que suele haber más confusión. Durante el primer minuto no nos separaremos del paciente ni para llamar por teléfono, porque está demostrado que si empezamos la reanimación de forma precoz tenemos muchas más posibilidades de que el niño se recupere. Por tanto, sin separarnos de su lado, gritaremos pidiendo ayuda. Si alguien se acerca, le pediremos que vaya llamando a emergencias (112). Si no viene nadie y estamos solos, empezaremos la reanimación sin entretenernos. Ya habrá momento para llamar después.

4º Abrir la vía aérea: maniobra "frente-mentón".

La inmensa mayoría de paradas cardiorrespiratorias en la infancia son por causa respiratoria, no cardíaca. En adultos es más frecuente tener un infarto, pero los niños casi siempre se paran por compromiso de la vía aérea (ahogamiento, atragantamiento, broncoespasmo, ...). Por lo tanto lo primordial es insuflarles aire. 

Abriremos la vía aérea del niño con la maniobra "frente-mentón": pondremos una mano en la frente y la otra en la barbilla para forzar la extensión del cuello y la apertura de la boca tal y como se muestra en la imagen.
Maniobra "frente-mentón" para abrir la vía aérea. Fuente: Wikimedia commons.

 

5º Comprobar si respira: maniobra "ver-oír-sentir".

Una vez abierta la vía aérea habrá pacientes que recuperarán la respiración normal y no tendréis que hacer nada más (como ya hemos dicho, la primera causa de parada infantil es la respiratoria). ¿Cómo comprobamos si el niño está respirando? Sin dejar de hacer frente-mentón acercaremos nuestra cara a la del paciente: miraremos si su pecho se mueve arriba y abajo; oiremos si respira porque tendremos la oreja cerca de su boca; sentiremos si nos echa el aliento en la mejilla. Esta maniobra recibe el nombre de "ver-oír-sentir" y debemos mantenerla un máximo de 10 segundos. Si en este tiempo no notamos nada, daremos por hecho que el paciente no está respirando y seguiremos con la reanimación.

6º Si no respira... 5 ventilaciones de rescate.

Si el niño no respira pasaremos al "boca a boca". En niños mayores les taparemos la nariz con nuestros dedos, en niños pequeños con nuestra boca podemos cubrir toda su boca y su nariz y no hará falta que tapemos nada con la mano.
Maniobra "boca a boca-nariz" para lactantes pequeños. Fuente: Wikimedia commons.

Le daremos al niño cinco respiraciones de rescate, valorando que su pecho se expanda. Si haciendo el "boca a boca" el pecho del paciente no se hincha, tendremos que volver a abrir la vía aérea con la maniobra "frente-mentón" para asegurar que las respiraciones son efectivas y el aire entra correctamente a los pulmones.

7º Si no hay signos de vida... empezar compresiones torácicas y ventilaciones (30:2).

Después de las cinco respiraciones dedicaremos unos segundos a valorar si el niño tiene signos vitales: si empieza a moverse, si recupera buen color, si balbucea o dice algo, si respira por sí solo... Si no hay signos vitales debéis empezar con las compresiones sobre el tórax: con una mano en niños pequeños o las dos manos en adolescentes. Siempre recordad: codos extendidos y un ritmo aproximado de 120/minuto. Para personal sanitario el ritmo de compresiones/ventilaciones es 15:2, para población general se recomienda 30:2.

8º Tras 1 minuto de RCP... llamar al 112.


Si después de estar un minuto entero haciendo compresiones y ventilaciones (30:2) no hay respuesta, entonces sí podemos parar para llamar a emergencias. Explicaremos el caso y esperaremos a que acudan. ¡Ojo! Hasta que llegue la ambulancia hay que continuar con las maniobras de reanimación.



Algoritmo de RCP del Consejo Español de RCP.





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