Traumatismo craneal. ¡Cuidado con los golpes en la cabeza!

La semana pasada no hubo entrada porque estuve de viaje. Mientras hacía turismo por las calles de la ciudad abarrotada de turistas me sorprendí de lo mal señalizado que estaba el carril bici. A cada momento aparecía de la nada un ciclista a velocidad considerable amenazando con llevarse por delante a los peatones que se metían distraídos donde no debían. Y pensé... tengo que hablar de los traumatismos craneales en el blog. Qué queréis, deformación profesional 😀

El traumatismo craneoencefálico (TCE) es el nombre que reciben los golpes en la cabeza, de cualquier índole y a cualquier edad. Todos sabéis que los niños pequeños tienen los huesos más frágiles, así que en ellos una contusión siempre será potencialmente más grave y las medidas de actuación son ligeramente distintas. La estadística nos dice que el mayor número de TCE se da en los menores de 2 años y en los adolescentes.


IMPORTANTÍSIMA la prevención, ¡siempre con casco!. Fuente: AFMS.

Cuando alguien se da un golpe en la cabeza las lesiones pueden ser por fractura de los huesos del cráneo o por lesiones dentro del mismo (lesiones intracraneales). Son estas últimas las que más peligro entrañan porque suelen desarrollarse durante las horas siguientes a la contusión.

¿Qué signos debemos vigilar cuando un niño se da un golpe en la cabeza?

  • Alteración del nivel de conciencia: si el niño se ha desmayado en algún momento. Las pérdidas de conciencia inmediatas tras el TCE y menores de 1 minuto no suponen más riesgo de lesiones. Cuanto más tiempo haya durado el desvanecimiento, más probabilidad de que se deba a algún problema importante.
  • Amnesia postraumática: el niño no recuerda lo que ha sucedido.
  • Convulsiones: aquí tenemos que diferenciar entre las crisis inmediatas (segundos o minutos después del golpe) que no son necesariamente signo de lesión importante, y las crisis más tardías que sí se relacionan con mayor riesgo.
  • Vómitos: es bastante habitual que el niño tenga algún vómito inmediato tras el TCE, y esto no es signo de gravedad. Solo indican posibles lesiones intracraneales los vómitos que son repetitivos, que se prolongan en el tiempo, que no van precedidos de náuseas (son vómitos súbitos o "en escopetazo") o se acompañan de otros síntomas neurológicos.


En base a todo esto, los pediatras clasificamos los TCE en varios grupos:
  1. TCE leve: se incluyen también aquí los que asocian pérdida de conciencia, dolor de cabeza o vómitos siempre que hayan sido en los primeros minutos tras el golpe y de corta duración. No necesitan ninguna prueba y la observación se puede hacer en casa.
  2. TCE moderado: si el niño ha perdido el conocimiento durante más de 5 minutos, tiene vómitos persistentes, ha convulsionado o ha tenido un traumatismo de alta energía (accidente de tráfico, caída desde más de 2 metros de altura). En estos pacientes se pueden indicar pruebas de imagen, aunque no siempre es necesario. Existe también la posibilidad de dejarlos en observación para vigilancia hospitalaria desde 4 hasta 24 horas según el caso.
  3. TCE grave: son los pacientes con síntomas en el momento de la exploración o golpes muy importantes que necesitan en muchas ocasiones ingreso en UCI.

 

¿Cómo se hace la observación en el domicilio?

  • Se debe mantener al niño supervisado por algún adulto las 24h siguientes al golpe. No quiere decir que no pueda ir al colegio si se encuentra bien, pero no se le puede dejar solo en actividades potencialmente peligrosas como la bañera, yendo en bicicleta o paseando por la calle sin acompañar.
  • Si el niño tiene sueño se le puede dejar dormir, pero conviene despertarlo cada 4h aproximadamente para valorar su respuesta.
  • Es normal que en las primeras horas tras el TCE el niño no recuerde bien lo que ha pasado o tenga dolor en la zona del golpe. Puede tomar analgésicos para la cefalea (paracetamol, ibuprofeno...).
  • Deberéis consultar en urgencias si:  
    • El niño sigue vomitando en casa.
    • El dolor de cabeza cada vez es más intenso y no cede con nada.
    • El niño está confuso, dice cosas sin sentido o cuesta mucho despertarle.
    • Tiene algún síntoma de pérdida de fuerza o sensibilidad: camina inestable, no puede moverse bien, ve mal...
    • Le sale líquido claro o sangre por los oídos o la nariz.

Y como siempre, recordad que el mejor tratamiento siempre es el preventivo. Los niños deberían llevar casco siempre que estén haciendo actividades con riesgo potencial, todos tienen que viajar en coche con las medidas de seguridad adecuadas y cuando estén en un parque o lugar de ocio nunca tendríamos que subirlos en instalaciones o atracciones que no estén indicadas para su edad.



Enlaces de interés:
Pediatría Integral.
Asociación Española de Pediatría de AP.
Organización canadiense de prevención de lesiones.
Recomendaciones del Hospital Sant Joan de Déu.
Recomendaciones de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría.


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