Infección de orina en niños.

La infección de orina es una patología en la que hay que pensar cuando un niño tiene fiebre y no sabemos de dónde viene. Se da más en menores de 2 años de edad. Puede afectar a cualquier punto de todo el tracto urinario, que comprende los riñones, las vías excretoras y la vejiga. Según dónde se localice la infección recibirá distintos nombres: pielonefritis si llega a riñón o cistitis si afecta a vías bajas (vejiga principalmente). La pielonefritis suele cursar con fiebre, al contrario que la cistitis que generalmente solo da síntomas urinarios como escozor, dolor o aumento del número de micciones en el día.

En las pielonefritis puede haber dolor en una fosa lumbar. Fuente: Wikimedia commons.

La vía de infección más frecuente es la ascendente: las bacterias suben desde los genitales hacia arriba, y vienen sobre todo del tracto digestivo. Todas las condiciones que dificulten la higiene van a favorecer las infecciones, como la fimosis en niños o llevar pañal. También los peques que se aguantan mucho las ganas de orinar tienen más riesgo, porque las micciones frecuentes lavan las vías urinarias y ayudan a expulsar los gérmenes que pueda haber.

¿Qué síntomas provoca?

En niños pequeños (menores sobre todo de 2 años) la fiebre puede ser el único síntoma. Por eso solemos hacer análisis de orina en lactantes que tengan una fiebre sin foco, sobre todo si dura más de 48h o es mayor de 39ºC. Los niños mayores es más habitual que tengan dolor abdominal o lumbar, escozor al orinar, micciones más frecuentes de lo normal o sensación de que no pueden vaciar del todo la vejiga después de hacer pipí.

¿Cómo se hace el análisis de orina?

En niños mayores que controlan los esfínteres el mejor método es la micción espontánea: se les da un bote y una esponja para que se limpien bien y se les pide que recojan el chorro medio, con el bote a cierta distancia para que no toque la piel y no se contamine.

En lactantes pequeños que llevan pañal se puede poner una bolsa adhesiva para cazar el pipí cuando lo hagan, pero hay que tener en cuenta que con este método hay bastante riesgo de contaminación y los resultados no son tan fiable. Si una muestra recogida por bolsa sale limpia podemos descartar infección, pero si sale positiva deberemos confirmar con un método estéril, como por ejemplo el sondaje o la punción suprapúbica.

¿Hacen falta otras pruebas?

En ocasiones, si se sospecha que la infección pueda afectar al tracto urinario superior (pielonefritis) se requerirá un análisis de sangre. También a veces hará falta solicitar una ecografía renal, pero esto depende mucho del paciente y del tipo de clínica que presente.

La bacteria que más frecuentemente produce infecciones de orina es Escherichia Coli.

¿Hay que tratar siempre con antibiótico?

, la infección de orina se debe tratar. Según la edad, el sexo y los antecedentes de cada niño, el antibiótico de elección será diferente. Los últimos estudios apuntan a que la eficacia del fármaco es similar administrado por vía oral que intravenosa, así que no hay indicación de entrada para ingresar a un niño que puede tomarse el antibiótico en su casa.

¿Algunos niños deben ingresar?

Sí, en ocasiones es necesario cuando se cumplen ciertos criterios como:
  • Menores de 2 meses siempre. A veces también a los menores de 6 meses según estado general y otros factores (que no esté comiendo bien, por ejemplo).

  • Inmunodeprimidos o niños con otras enfermedades de base importantes: tienen más riesgo de complicaciones.

  • Intolerancia a la medicación oral: si vomitan el antibiótico y no se lo toman hay que ponérselo intravenoso, y por tanto tienen que quedarse en el hospital.

 ¿Hay que recoger un cultivo de orina de control para confirmar que están curados?

En los últimos años cada vez encontramos en las infecciones de orina más microbios resistentes a los tratamientos. Esto se debe posiblemente al mayor número de antibióticos que toman los peques sin indicación. Es muy importante tratar solo cuando el médico lo indique.

A veces podemos encontrar  bacteriurias asintomáticas, que es la presencia de bacterias en la orina sin síntomas. Esta condición no debe tratarse nunca en los niños sanos. No está indicado hacer cultivos de orina en los niños que no tienen fiebre: se consideran curados y ya está. Si seguimos haciendo cultivos "de control" y poniendo un antibiótico tras otro lo único que conseguiremos es seleccionar cepas resistentes, y si el paciente se vuelve a infectar en el futuro tendrá más peligro de afectación renal.

¿Se pueden prevenir las infecciones de orina?

Es la gran pregunta: ¿podéis hacer algo para evitarlas? Sí que hay algunas medidas que han demostrado reducir el riesgo:
  • Beber agua con frecuencia y orinar también con frecuencia. Los niños con hábito retentivo (y también se incluyen aquí los estreñidos) tienen más riesgo porque el pipí se estanca y cuanto más tiempo esté en la vejiga más riesgo de que las bacterias crezcan.

  • Cambiar el pañal cuando esté mojado: por el mismo motivo de antes, cuanto más tiempo esté el pañal sucio en contacto con los genitales más riesgo de que las bacterias suban por vía ascendente.

  • Las niñas más mayorcitas que van solas al baño deben limpiarse de delante hacia atrás, para no arrastrar gérmenes del culete hacia delante.

  • Zumo de arándano: hay numerosos estudios que arrojan resultados controvertidos, por lo que de momento no estamos en posición de recomendarlo como efectivo.



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