Alimentación complementaria: la transición de la lactancia a los sólidos.

Ya hace tiempo que las recomendaciones para la alimentación complementaria de los bebés han cambiado. En 2018 la Asociación Española de Pediatría actualizó su guía. Los pediatras ya no pautamos un orden concreto para la introducción de nuevos alimentos en los más pequeños, pero aun así seguimos encontrando muchas familias con dudas al respecto. Parece que, como con tantas otras cosas, choca un poco romper con lo que se ha hecho "toda la vida". Los padres preguntáis, a veces con recelo, si el niño no es muy pequeño para comer tal o cuál cosa. "¿Y no le dará alergia? ¿Y no se va a atragantar?". Tranquilos, la ciencia progresa, salen nuevos estudios y hoy en día la evidencia  y la experiencia apoyan estos cambios.

Lo mejor es educarlos en hábitos saludables desde el primer momento.
La fruta es estupenda a cualquier edad. Fuente: Pixabay.

Es una buena noticia para todos vosotros, ahora es mucho más fácil que antes, ya no tenéis que acordaros de si iba primero el pollo, el melocotón o el arroz. ¿Eso quiere decir que cuando a cada uno le venga mejor se le puede dar a un bebé cualquier cosa? Pues no, tampoco nos pasemos. Tened en cuenta estos consejos y lo demás queda al libre albedrío de las familias.

1. Lactancia exclusiva, ¿hasta cuándo?

Los bebés tienen el organismo preparado para tomar solo leche (lo que se llama lactancia exclusiva) durante los primeros 4 meses de vida. Antes de esa edad no deberían tomar nada que no fuera leche. Si es materna mejor, como ha quedado ya sobradamente demostrado, pero si no se puede tomarán fórmula. Si se consigue lactancia materna exclusiva, se recomienda mantenerla hasta los 6 meses sin introducir ningún otro alimento, y luego se puede mantener junto con el resto de cosas hasta que se quiera. Si toman fórmula artificial se puede empezar a introducir nuevos alimentos a partir de los 4 meses, pero no es obligatorio: también pueden estar hasta los 6 meses solo con leche. ¡Ojo! Los niños que están más de 7 meses con lactancia exclusiva empiezan a tener problemas como déficit de hierro u otros nutrientes.

2. ¿Cuáles son los signos de que el bebé está listo para empezar a comer?

La edad de 6 meses no se elige por azar, es el momento en el que la mayoría de los niños ya han perdido el reflejo de extrusión. ¿Y eso qué es? Es un acto reflejo de los lactantes de escupir todo lo que les ponemos en la boca que no sea líquido, sacan la lengua y lo empujan. El cuerpo es muy sabio y rechaza todo lo que puede suponer un riesgo de atragantamiento y asfixia. Este es el motivo por el que los más pequeños no aceptan sólidos. También es a los 6 meses cuando generalmente los peques empiezan a aguantar sentados con algo de apoyo. Si vuestro bebé tiene 6 meses y 1 día y todavía se cae cuando intentáis sentarlo, o escupe todo lo que le acercáis que no sea la leche, consultad con vuestro pediatra porque igual es aún pronto para su caso particular.

3. ¿En qué orden se introducen los alimentos?

Los estudios nos tranquilizan en este aspecto: da igual en qué orden empiezen a comer los niños mientras sea a partir de los 4 o 6 meses. Durante mucho tiempo se pensó que empezar demasiado pronto con determinadas comidas podía favorecer la aparición de alergias, pero se ha probado que esto es falso. Es más, la introducción precoz de ciertos alimentos no solo no aumenta las alergias sino que las disminuye. Pensad por un momento: ¿vosotros creéis que en China, Rusia, Brasil o Groenlandia se come lo mismo que aquí? ¿Y a que todos esos niños, que probablemente no empezaron comiendo manzana y pera como los nuestros, no son alérgicos a estas frutas?

Este peque está conociendo los fideos y las algas. Fuente: Needpix.
Lo que sí recomendamos es que cuando introduzcáis alimentos nuevos lo hagáis de uno en uno, y mejor por la mañana. De este modo, si algo le sienta mal, sabremos exactamente qué ha sido y tendremos todo el día por delante para vigilarle. Una vez hayan empezado a probar algo, ofrecedlo unas 3 veces por semana para asegurar la tolerancia. Las alergias son más frecuentes cuando entramos en contacto con algo de forma puntual y luego no volvemos a comerlo en mucho tiempo.

4. ¿Triturados o enteros?

A partir de los 6 meses los expertos lo tienen claro: los niños ya tienen mecanismos de defensa en la vía aérea y tosen si algo se va por donde no toca. A esta edad, por tanto, ya se puede ofrecer a los peques los alimentos en trocitos para que ellos mismos los cojan y se los lleven a la boca. No es necesario que les hagáis papillas ni les déis potitos. Está demostrado además que los lactantes tienen mejor relación con la comida cuando pueden trastear con ella y reconocer los distintos platos por su color y textura originales, aunque se pongan perdidos al principio. 

Un ejemplo de baby-led-weaning en el que al niño se le ofrece la comida
entera y él se gestiona. Fuente: Flickr.

Hay que tener MUCHO cuidado, eso sí, con no darles frutos secos, palomitas, caramelos ni otras comidas por el estilo porque las que tienen forma pequeña y dura, redondeada sobre todo, sí incrementan el riesgo de ahogamiento y no deberían tomarlos nunca los menores de 5-6 años.

5. ¿Y qué pasa con el gluten? 

Igual que con el resto de alergias: se ha visto que introducir todos los alimentos de forma precoz (en el caso del gluten entre los 4 y 11 meses) no incrementa el riesgo de celiaquía.

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