Cosas que te preguntará el pediatra cuando lleves a tu hijo a urgencias.

Los médicos preguntamos muchas cosas, y entiendo que para las familias que traéis a los niños a urgencias a veces es difícil comprender el motivo. ¿Qué tiene que ver esa manchita de la piel con el dolor de cabeza? Os pido en nombre de todos mis compañeros un voto de confianza: creedme, los signos más dispares pueden estar relacionados entre sí cuando sabemos lo que tenemos que buscar 😉

Así que vamos a colaborar entre todos para conseguir nuestro objetivo común, que no es otro que el bienestar del paciente, en este caso vuestro hijo. Tened eso en mente también cuando llaméis al servicio de emergencias (112) y os hagan lo que os puede parecer un interrogatorio larguísimo. No, os prometo que nadie lo hace para fastidiaros a propósito, sino para dirigir mejor los recursos, la atención, el diagnóstico o lo que sea necesario.

Teniendo esto en cuenta vamos con el post. ¿Qué tenéis que saber cuando lleváis al niño a urgencias? Porque no son pocos los que vienen en plan Sócrates, "solo sé que no sé nada"

"Te traigo a la niña porque tiene tos. No sé desde cuándo porque yo trabajo
y de eso se encarga mi marido/mujer/abuelos. No sé si tiene fiebre.
No sé si ha tomado medicación. No sé si ha comido...".
Fuente: Pixabay.


Antecedentes
  • Alergias, ¡y no solo a medicamentos! Polvo, pólenes, animales, alimentos, ...

  • Vacunas, si las lleva al día y cuáles tiene puestas (porque algunas no están financiadas y se compran a parte si se quieren poner).

  • Embarazo y parto. Si el niño es mayor igual ya no se pregunta esto con tanto detalle, pero si hay algún dato relevante (fue prematuro, tuvo que ingresar porque necesitó oxígeno, tuvo alguna infección...) comentadlo siempre.

  • Enfermedades previas. Si ha estado ingresado, si le siguen en la consulta de algún especialista, si tiene alguna patología crónica... Esto incluye también el asma, el TDAH, el autismo, discapacidades, cirugía de amígdalas y todo eso que normalmente se os olvida pero que siguen siendo patologías.

  • Medicación habitual. ¿Toma algo? No solo jarabes y comprimidos, también inhaladores o el antihistamínico de la alergia, necesitamos el nombre del fármaco y la dosis.

Enfermedad actual
  • Desde cuándo tiene los síntomas, y si ha habido algún día en medio del proceso en el que haya estado bien. No es lo mismo tos durante 10 días seguidos que tos hace 10 días, luego 7 días bien y los últimos 3 días tos otra vez.

  • ¿Tiene fiebre? Os pediremos la temperatura máxima, y cuánto tiempo transcurre entre un pico de fiebre y el siguiente. También qué medicamento le estáis dando y a qué hora fue la última dosis.

  • Signos de gravedad. Independientemente de motivo de consulta serán indicadores de posible gravedad que el niño esté muy apático, cansado, no se mueva, respire con dificultad, tenga mal color, beba muy poco... Todo esto también os lo preguntaremos.

  • Si tiene un catarro querremos saber si en algún momento ha tenido dificultad para respirar: si se le marcan las costillas cuando coge aire, si respira más rápido de lo normal, si ha tenido los labios azulados, si se queja al inspirar o espirar...

  • Si está con vómitos y diarrea nos viene bien saber si está orinando con normalidad o menos de lo habitual.

  • En caso de desmayos, mareos y convulsiones es fundamental saber cuánto tiempo han durado, aunque sea aproximado. Si no sabéis estimar el tiempo nos viene bien que nos narréis todo lo que os ha dado tiempo a hacer mientras el niño estaba inconsciente (cogerlo en brazos y llevarlo hasta el centro de salud, llamar por teléfono al servicio de emergencias, ir al botiquín a buscar alguna medicina...). Así se puede hacer un cálculo, más o menos.

  • Dolor: ¿remite cuando le dais analgésicos o no mejora nada?
Ya en 1886 quedó inmortalizada la manía que tenemos
los médicos de preguntarlo todo ;) Fuente: Wikipedia.

No se trata de culpabilizar a nadie, solo de abogar por el sentido común. Si no habéis estado con el niño y no tenéis ni idea de lo que ha pasado, al menos hablad con la persona que lo ha cuidado hasta ese momento y apuntaos en un papel toda la información que podáis necesitar. Creedme si os digo que una historia detallada y bien hecha puede cambiar completamente la orientación de la enfermedad, y por tanto su pronóstico.

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